Lo que ha vivido Chile en estas últimas cuatro semanas probablemente cambiará la forma como nos veíamos a nosotros mismos exactamente hasta sólo un mes y también a cómo nos veían desde el extranjero, donde desde las autoridades de gobierno insistían que éramos un “oasis” en el contexto de América Latina. Yendo más allá del lugar común del refrán “después de la guerra todos somos generales”, ya desde hace una buena cantidad de años veníamos pre-sintiendo que el marco general del funcionamiento de nuestro país o como están(ban) escritas las “reglas del juego” no eran exactamente lo que podríamos llamar “justas”…y bueno de un día para otro se vino abajo el estante con la toda la cristalería, y al parecer nos tocará estar un tiempo aún indeterminado tratando de juntar nuevamente todas las piezas…mucha energía, dolor, expectativas, alegría e incertidumbre y todo revuelto…. y tratando de buscar un nuevo marco, al tener que “revolverlo todo” y de una vez, o al menos tratar de intentarlo…
Pero y bueno, aquí estamos, y sin ningún interés de ser autoreferentes, y tratar de mirar el mundo con el “cristal” de la economía social y solidaria y el emprendimiento social, uno podría intentar explicar todo lo que nos pasa (o al menos parte importante de ello), simplemente porque hace ya más de 4 décadas perdimos nuestro sentido de ser un “sólo” país, y perdimos las bases todavía muy básicas para aquel entonces de nuestro “pacto de solidaridad”, de vernos a todos como parte del mismo buque, tener la comprensión de que no es necesario que para que “yo” gane todos los “otros” tengan que perder, y no se trata de intentar llegar a vivir en un mundo ideal y feliz, pero al menos no levantar tal nivel de “muros” que ni siquiera llegamos a saber quién estaba “al otro lado”, siendo que el “otro lado” también era “mi lado”.
Este nuevo casi-escenario tan fastidiadamente “líquido” es una tremenda oportunidad para resituar el rol de la economía social y solidaria y sus diversas prácticas de colaboración entre el mundo de la empresa y la sociedad civil, se incorporen de forma activa en una nueva estrategia de desarrollo, y si esto es viable-factible será siempre para recordar el dolor de muchos que lo hicieron posible, y no tan solo en este último mes sino que en una larga trayectoria de luchas de nuestro país (pueblo tampoco sueno ahora mal…) que hunde sus raíces en los albores de la república (y quizás bastante más atrás…)
Veámoslo casi poética-metafóricamente, aunque con los pies muy bien puesto sobre la tierra (a ras de piso…) al tratar de mirar un país, una economía, como si fuese un gran cuerpo de bomberos (que en Chile son voluntarios….), que no por nada es en Chile es la institución mejor evaluada por la ciudadanía (pueblo…), o sea, sin ánimo de lucro, con una gestión democrática, voluntaria, etc….está claro esto es lo que se necesita aumentar en al menos 10.000% las prácticas solidarias, vistas no como caridad sino que simplemente como la ayuda mutua, y no mañana, no hay tiempo, es para ahora…y se puede hacer, lo tenemos que hacer.
Y claro, todo esto no va a partir en el aire, no va funcionar si se mira sólo en las cuatro cuadras que rodean La Moneda en Santiago (palacio de gobierno en Chile), o si se toman las decisiones en las tres comunas del barrio alto de la capital, solo va funcionar si se despliega en todos los territorios de nuestro país, en todas sus comunas y en todas sus localidades, que es donde vive la “gente” (pueblo nuevamente…), la solidaridad, la colaboración, la cooperación y la participación, está ahí a pasos de todos Uds. y también de nosotros, así que hay mucho que hacer o más bien que seguir reincidiendo en hacer, ahora mismo no mañana…
El acuerdo nacional por la Paz y una Nueva Constitución firmada el día viernes 15 de noviembre a las dos de la madrugada entre una amplia mayoría de partidos políticos de todo el espectro ideológico, es una señal positiva, pero como se dice en la ciencia, es una condición necesaria pero no suficiente…
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